dimarts, 1 de setembre del 2015

¿ES GRAVE? (2)

En este capítulo vamos a abordar el tema de la tan famosa y mal comprendida “Ciática”. En efecto, si una persona sufre una alteración del nervio ciático, los síntomas y signos que presente van a ser muy graves pero, afortunadamente esta es una disfunción poco frecuente y a menudo es confundida por otro tipo de problemas mucho más benignos de los que aquí vamos a describir los más importantes.

En primer lugar hablaremos del piriforme, músculo clave en la estabilidad de la pelvis y de la cadera, teniendo una estrecha relación con el nervio ciático por su proximidad anatómica.


PIRIFORME

El piriforme es un pequeño músculo situado en la región sacra, originándose en la cara anterior y externa del sacro para insertarse en la superficie superior del trocánter mayor del fémur. Él es un rotador externo y abductor del fémur.
Cuando este músculo entra en espasmo puede desencadenar un dolor que abarque toda la nalga, la cara posterior del muslo llegando, cuando el dolor es muy agudo, hasta la planta del pie, simulando un dolor de “nervio ciático”. Se han descrito casos en los que aparece dolor en la defecación, y en los más graves pueden aparecer disfunciones sexuales, tanto masculinas como femeninas, causadas por una disfunción en este músculo. Podemos ver pues, que este es otro músculo candidato a confundir, con sus síntomas, a la persona que los sufre y que ésta llegue a pensar que padece un mal mucho más grave del que en realidad tiene.

Liberación del Piriforme: para conseguir relajar este músculo y que desaparezcan todos estos síntomas realizaremos un  masaje por toda la zona glútea, asegurándonos que trabajamos  lo suficientemente profundo como para llegar a contactar con el piriforme, pues este es un músculo profundo (de todas formas el masaje nunca será aplicado de una forma agresiva). Cuando hayamos  localizado el punto exacto donde se halla este músculo realizaremos una suave, pero firme presión, hasta conseguir relajar profundamente al piriforme ayudando a que desaparezcan las molestias.

No debemos olvidar que, según Beaton y Anson (1938), al menos en un 11% de la población, el nervio ciático, al salir de la pelvis en dirección a la extremidad inferior, atraviesa el vientre muscular del piriforme, quedando expuesto a posibles disfunciones por un exceso de tensión en este músculo. Sin lugar a dudas, si una vez liberado de estrés el piriforme, la persona sigue refiriendo las mismas disfunciones antes descritas, deberemos remitirlo al profesional sanitario pertinente.

Autor: Josep Ferrer
Imatge: Josep Ferrer

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada